¿Qué es el Internet de las Cosas? 

Hay términos o conceptos que son habituales en nuestra vida, que más o menos sabemos a qué hacen referencia. Sin embargo, si alguien nos preguntara directamente qué son, no sabríamos definirlos correctamente. Pues bien, eso es lo que pasa con el Internet de las Cosas. Un concepto cada vez más habitual y también más importante en nuestras vidas. Así que, para disipar dudas, vamos a averiguar qué es el Internet de las cosas y qué le ha hecho imprescindible en nuestras vidas, ya que se estima que para 2027 habrá más de 29.700 millones de dispositivos conectados a IoT. 

¿Qué es el Internet de las Cosas? 

Podríamos decir que Internet de las Cosas (Internet of things IoT, en inglés) es la implantación de internet en cualquier cosa. Allá por 1999 el británico Kevin Ashton acuñó por primera vez el término y lo definió como una red que no solo conecta a las personas, sino también a los objetos que la rodean. Es decir, es un ecosistema de dispositivos que se conectan entre sí e intercambian información y datos de todo tipo tanto en redes inalámbricas como por cable. 

Estos dispositivos, también llamados «cosas», pueden incluir desde electrodomésticos y sensores industriales hasta automóviles y dispositivos médicos. La clave es que estos objetos pueden comunicarse y colaborar de manera autónoma, lo que aporta una gran cantidad de información que puede ser utilizada para tomar decisiones más informadas y automatizar procesos.

El tamaño del IoT puede ser infinito, porque una vez creado un ecosistema IoT, se pueden seguir añadiendo dispositivos según las necesidades de cada momento. Por tanto, su objetivo no es otro que, gracias a la interconexión y a la información a la que da acceso, facilitar la vida cotidiana y también en el área industrial y empresarial.  

¿Cómo funciona el IoT?

Como hemos indicado, el IoT funciona a través de una red de dispositivos que recopilan y transmiten datos utilizando sensores y conectividad a Internet. Estos dispositivos pueden recopilar información sobre su entorno, como temperatura, humedad, ubicación y más. Luego, envían estos datos a una plataforma central donde son procesados y analizados. Los usuarios pueden acceder a esta información a través de aplicaciones móviles, paneles de control en línea o sistemas de gestión especializados.

Para que el IoT funcione de manera efectiva, se requieren tres componentes esenciales:

  1. Dispositivos IoT. Son los objetos físicos equipados con sensores y conectividad a Internet. Estos dispositivos pueden ser tan simples como un termostato inteligente en el hogar o tan complejos como una máquina industrial en una fábrica.
  2. Conectividad. Los dispositivos IoT deben estar conectados a Internet para transmitir datos. Esto puede lograrse a través de tecnologías como Wi-Fi, Bluetooth, redes celulares o LPWAN (Low Power Wide Area Network).
  3. Plataforma de Gestión. Los datos recopilados por los dispositivos IoT se envían a una plataforma de gestión, donde se almacenan, procesan y analizan. Esta plataforma permite a los usuarios supervisar y controlar los dispositivos, así como tomar decisiones basadas en datos en tiempo real.

¿Por qué es importante el IoT para el mundo empresarial?

El avance tecnológico que trae consigo el Internet de las Cosas se traduce en una serie de beneficios significativos para el mundo empresarial:

  • Eficiencia operativa

El IoT permite a las empresas optimizar sus operaciones al monitorear y controlar de manera remota equipos y procesos. Por ejemplo, una fábrica puede usar sensores IoT para rastrear el rendimiento de sus máquinas y programar el mantenimiento preventivo, reduciendo el tiempo de inactividad no planificado.

  • Reducción de costes

La eficiencia mejorada a través del IoT conduce a la reducción de costos operativos. Por ejemplo, las empresas de logística pueden utilizar sensores IoT para rastrear la ubicación de sus vehículos y optimizar las rutas de entrega, ahorrando en combustible y tiempo.

  • Toma de decisiones informada

El IoT proporciona datos en tiempo real que permiten a las empresas tomar decisiones más informadas. Esto es especialmente valioso en sectores como el comercio minorista, donde los sensores de inventario pueden mantener un registro preciso de los niveles de stock y predecir cuándo se necesitan reabastecimientos.

  • Experiencia del cliente mejorada

Las empresas pueden utilizar el IoT para ofrecer una experiencia del cliente mejorada. Por ejemplo, los hoteles pueden usar sistemas de gestión de edificios inteligentes para personalizar la temperatura y la iluminación de las habitaciones según las preferencias de los huéspedes.

Implantación de IoT en España y sectores empresariales clave para el IoT

Por todo lo anterior podemos afirmar que el IoT es realmente útil y ejemplo de ello es el alto grado de implantación que tiene en las empresas. En el caso de España según los datos del último “Mapa del IoT en España” elaborado por UnaBiz, Madrid, Cataluña y Andalucía son las tres comunidades autónomas que lideran la implantación de esta tecnología. En concreto Madrid despunta con casi un 40%, seguida, bastante de lejos, por Cataluña y Andalucía, ambas con un 12%. 

Profundizando un poco más, cabe destacar que los sectores donde está más implantado el IoT en España son:

  • Gestión de activos
  • Eficiencia energética
  • Agricultura
  • Higiene ambiental 
  • Automoción
  • Seguridad

Ejemplos de aplicación del IoT

Para comprender mejor cómo el IoT se aplica en la vida cotidiana y en los negocios, aquí hay algunos ejemplos concretos:

Termostatos Inteligentes. Los termostatos inteligentes, como el Nest de Google, permiten a los propietarios de viviendas controlar la temperatura de sus hogares desde sus teléfonos inteligentes. Además, aprenden de las preferencias de los usuarios y ajustan automáticamente la temperatura para ahorrar energía.

Flotas de transporte. Empresas de logística y transporte utilizan sensores IoT en sus vehículos para rastrear la ubicación, el consumo de combustible y el mantenimiento necesario. Esto mejora la eficiencia operativa y reduce los costos.

Monitores de salud. Los dispositivos como el Apple Watch pueden realizar un seguimiento de la actividad física, el ritmo cardíaco y otros parámetros de salud. Los datos se sincronizan con aplicaciones de salud para ayudar a las personas a mantener un estilo de vida más saludable.

Agricultura de precisión. Los agricultores utilizan sensores IoT para medir la humedad del suelo y la temperatura en sus campos. Esto les permite ajustar el riego y la fertilización de manera precisa para obtener cosechas más abundantes y sostenibles.

Ciudades inteligentes. En Singapur, se han implementado sensores IoT en papeleras públicas para monitorear su nivel de llenado. Cuando una papelera está llena, se envía una alerta para su recolección, lo que reduce el desperdicio de tiempo y recursos.

Requisitos para utilizar esta tecnología

Todo esto está realmente bien, pero para aprovechar al máximo el Internet de las Cosas, tanto en el ámbito empresarial como en la vida cotidiana, se requieren ciertos elementos:

  • Dispositivos IoT. Es necesario contar con dispositivos físicos equipados con sensores y conectividad a Internet. Estos dispositivos pueden ser adquiridos o desarrollados internamente, dependiendo de las necesidades.
  • Conectividad fiable. Una conexión a Internet confiable y segura es esencial para que los dispositivos IoT puedan transmitir datos de manera efectiva. Esto puede incluir Wi-Fi, redes celulares o tecnologías de baja potencia como LoRaWAN.
  • Plataforma de gestión. Una plataforma centralizada para almacenar, procesar y analizar datos es crucial. Las empresas pueden utilizar soluciones en la nube o sistemas locales según sus requisitos y recursos.
  • Seguridad. La seguridad es una consideración crítica en el IoT, ya que los dispositivos conectados pueden ser vulnerables a ataques cibernéticos. Se deben implementar medidas de seguridad, como autenticación, cifrado y actualizaciones regulares de firmware.

Formación necesaria para el uso óptimo del IoT

Para aprovechar al máximo el Internet de las Cosas, los empleados y profesionales deben recibir una formación adecuada. Obviamente deben contar con conocimientos técnicos. Es fundamental que los trabajadores tengan un buen entendimiento de la tecnología subyacente, incluyendo cómo funcionan los sensores, la conectividad y las plataformas de gestión.

La seguridad cibernética es también esencial al igual que el análisis de datos. La capacidad de analizar y utilizar datos es vital. Los empleados deben aprender a interpretar la información recopilada por los dispositivos IoT y tomar decisiones basadas en datos. Por último, hay que recordar la importancia de un correcto mantenimiento técnico. En entornos empresariales, se necesitarán técnicos para mantener y reparar los dispositivos IoT, lo que requiere habilidades específicas de diagnóstico y reparación.

Riesgos del uso del Internet de las Cosas

A pesar de sus numerosos beneficios, el IoT también conlleva ciertos riesgos y desafíos:

  •  Seguridad cibernética

Los dispositivos IoT pueden ser vulnerables a ataques cibernéticos, lo que podría resultar en la exposición de datos sensibles o incluso en la manipulación de dispositivos conectados. Por eso, la seguridad debe ser una prioridad.

  • Privacidad

La recopilación masiva de datos por parte de dispositivos IoT plantea en ocasiones preocupaciones sobre la privacidad. Las empresas deben ser transparentes sobre cómo se utilizan los datos y obtener el consentimiento adecuado de los usuarios.

  • Interoperabilidad

La diversidad de dispositivos IoT y las tecnologías de conectividad pueden dificultar la interoperabilidad. Es necesario establecer estándares y protocolos comunes para que los dispositivos puedan comunicarse entre sí de manera efectiva.

  • Costos iniciales

La implementación de infraestructuras de IoT puede ser costosa, especialmente para pequeñas empresas. El retorno de la inversión puede llevar tiempo, y las empresas deben evaluar cuidadosamente los beneficios frente a los costos.

Desafíos del Internet de las Cosas

Además de los riesgos, el IoT también enfrenta varios desafíos a medida que continúa desarrollándose. Uno de ellos es la escalabilidad. A medida que el número de dispositivos IoT sigue aumentando, la gestión y la escalabilidad de las infraestructuras se vuelven más complejas. Las empresas deben encontrar formas de administrar grandes flotas de dispositivos de manera eficiente.

Otro riesgo es la administración de datos. La cantidad de datos generados por los dispositivos IoT puede ser abrumadora. Las organizaciones deben desarrollar estrategias efectivas para la gestión, el almacenamiento y el análisis de estos datos para obtener información valiosa.

La falta de estándares y protocolos universales puede dificultar la interoperabilidad entre dispositivos y plataformas IoT. Por eso, la industria debe trabajar en conjunto para establecer normas que faciliten la colaboración entre diferentes fabricantes.

Otro área de interés es la seguridad. Hay que tener en cuenta que la seguridad en el IoT no es un problema que se pueda resolver de una vez por todas. Los fabricantes deben seguir actualizando y parcheando sus dispositivos para mantenerlos seguros frente a nuevas amenazas.

Las cuestiones éticas y de privacidad deben abordarse de manera adecuada a medida que el IoT se integra en más aspectos de la vida. Esto incluye la protección de la privacidad de los usuarios y la gestión ética de los datos recopilados. Por último, también hay que considerar el reto que supone el consumo de energía. En muchos casos, los dispositivos IoT funcionan con baterías. Optimizar el consumo de energía es esencial para garantizar la duración de la batería y reducir el impacto ambiental.