El mantenimiento preventivo es una estrategia clave para garantizar el correcto funcionamiento de la maquinaria y de los equipos informáticos de una empresa. Inevitablemente los problemas y fallos llegan y lo malo es que las averías son caras. Además, la factura no solo afecta al plano económico, sino también a la reputación y prestigio de la marca ante los clientes. ¿Qué se puede hacer para evitar y mitigar estos problemas? Pues implantar un sistema de mantenimiento preventivo. Hoy vamos a abordar cómo implementar un plan de mantenimiento preventivo en una empresa con un ejemplo práctico.
Plan de mantenimiento preventivo, ejemplo de puesta en marcha
En mayor o menor medida en todas las empresas hay máquinas y sistemas informáticos que son las que permiten ofrecer productos y servicios a los clientes. Pero ¿qué pasa cuando algo falla? ¿Qué consecuencias supone para la empresa? Los problemas son varios y variopintos:
- Costes de reparación
- Acortamiento de la vida útil
- Pérdidas de producción
- Pérdidas de productos
- Cambios y trastornos en la operativa y planificación
- Riesgos para los empleados
- Mal servicio y mala imagen
La solución para no pasar por esto, como hemos señalado, es contar con un plan de mantenimiento preventivo. Un plan desarrollado a medida para la empresa y que contemple las peculiaridades del negocio y que permita estar alerta, optimizar procesos y adelantarse a posibles fallos.
Puntos del plan de acción
Veamos cuáles son los pasos que debe seguir un plan de mantenimiento preventivo con un ejemplo:
- Paso 1. Identificar los activos críticos
Hay que determinar cuáles son los activos críticos de la empresa. Es decir, los equipos y maquinarias que son esenciales para el funcionamiento del negocio y cuyo tiempo de inactividad tendría un impacto significativo en la producción o en la calidad de los productos o servicios. Estos pueden ser maquinaria de todo tipo y equipos informáticos, tanto hardware como software.
Una vez identificados, es importante tener un registro de ellos, incluyendo la fecha de compra, la fecha de última revisión, y cualquier otro detalle relevante.
- Paso 2. Definir las tareas de mantenimiento preventivo
El siguiente paso es definir las tareas de mantenimiento preventivo necesarias para mantener los activos en buenas condiciones. Estas tareas pueden incluir revisiones periódicas, lubricación, limpieza, sustitución de piezas defectuosas, actualización de sistemas, optimización de protocolos de producción y de seguridad, entre otros.
En este punto es importante tener un registro de las tareas de mantenimiento preventivo necesarias para cada uno de los activos críticos, así como la frecuencia con la que deben realizarse.
Puesta en práctica
- Paso 3. Establecer un calendario de revisión
Para que un plan de mantenimiento preventivo sea eficaz hay que establecer un calendario de actuaciones. Este calendario debe indicar cuándo se realizarán cada una de las tareas de mantenimiento preventivo, quién las realizará y qué se hará durante cada revisión. Y, por supuesto, es esencial programar el mantenimiento preventivo en momentos en los que el equipo no esté en uso para minimizar el impacto en la producción.
- Paso 4. Realizar el mantenimiento preventivo
Cumplir lo establecido en el plan de acción, ya que si no se cumplen las tareas de mantenimiento preventivo programadas, se corre el riesgo de que el equipo falle y se produzca el temido y costoso tiempo de inactividad.
La manera de garantizar que se realicen las tareas de mantenimiento preventivo, es asignar responsabilidades específicas y hacer un seguimiento de los trabajos realizados.
- Paso 5: Evaluar y ajustar el plan
Un buen plan debe ser evaluado de manera periódica. Y con la información obtenida, se deben realizar los ajustes necesarios o incorporar nuevas tareas que permitan identificar problemas o debilidades en los equipos.
Si quieres empezar a disfrutar ya de tu plan de mantenimiento preventivo, contacta con nosotros y desarrollaremos un plan exclusivo para ti.