Artículo de Opinión

MPS, más conocido como Managed Print Solution, el cuál se basa en que las impresoras de tu negocio son operadas por un proveedor externo (canal de distribución de fabricantes o integradores, de forma habitual), teniendo la ventaja de ahorrar al cliente el desembolso inicial en el equipo (entre otras…), además de hacer que el cliente no tenga que preocuparse por el recambio de tóner, o el mantenimiento de la máquina, ya que este se envía automáticamente.

Por lo que resumiendo y hablando muy en general, podemos decir que el MPS es un servicio de renting en el que se paga, por el arrendamiento de la máquina, al mismo tiempo que se paga una cuota variable que sería el coste por página, diferenciando estas, entre páginas en blanco y negro o color.

Sin embargo, hay otros tipos de MPS, uno de ellos sería aquel en el que se evita cobrar una cuota por el equipo, pero sin embargo se paga una cantidad mínima de impresiones al mes. Es decir, acuerdas con el proveedor un volumen mínimo de impresión a un precio. Llegados aquí, seguro que os ha surgido la siguiente duda…¿qué pasa si excedes ese volumen? A partir del volumen acordado se paga un precio inferior por cada impresión de más que se haga.

Durante muchos años se ha operado con el segundo tipo de MPS, ya que hubo empresas que pusieron de moda esta modalidad durante una época, en parte porque permitía disimular los altos costes de los equipos.

En Pulsar no rechazamos esta alternativa, pero creemos firmemente, que es más justo para el cliente el primer tipo de MPS, ya que aunque se pague efectivamente un renting por el equipo, pagas únicamente por el servicio que usas, ni más ni menos. Al mismo tiempo, que separas los costes fijos de los variables algo que siempre es ventajoso en cualquier negocio.

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